Fermentar es cuidar
Fermentar es cuidar.
Cuidar la materia, el tiempo, la temperatura, pero sobre todo la vida que crece ahí dentro.
Un fermento no se domina: se acompaña.
Fermentar es un acto de atención.
Observar sin ansiedad, corregir sin violencia, intervenir solo cuando es necesario.
La paciencia se vuelve una forma de cariño.
Cuidar es limpiar sin matar, medir sin desconfiar,
respetar el proceso sin querer acelerarlo.
Cada burbuja, cada cambio de aroma, es una respuesta del fermento a cómo lo tratamos.
En Belot, cuidar es el centro de todo.
Cuidamos las materias primas —tés reales, azúcar de caña, extractos frescos.
Cuidamos la energía que usamos, el agua, los residuos, las personas.
Cuidamos cada lote como si fuera único,
porque lo es.
Fermentar es cuidar porque la vida responde al cuidado.
Un fermento abandonado se apaga;
uno atendido florece.
Así de simple.
Fermentar es cuidar, y cuidar es amar —
en silencio, con constancia, sin atajos.