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Probióticos y Prebióticos: Nutrientes Clave para una Microbiota Saludable 

¡Hablemos de esos aliados invisibles que trabajan duro para mantenernos saludables! Los probióticos y prebióticos, aunque no los veamos, son esenciales para que nuestra microbiota intestinal esté en equilibrio y haga su magia en el cuerpo. En este artículo, vamos a desmenuzar qué son, cómo funcionan y por qué deberíamos integrarlos en nuestra vida diaria para un bienestar integral.

Probióticos: Los Microorganismos que nos Cuidan desde Adentro  

Los probióticos son microorganismos vivos (principalmente bacterias y levaduras) que, al consumirlos en cantidades adecuadas, pueden aportar beneficios específicos para la salud (Hill et al., 2014). Podríamos decir que son la “tropa de refuerzo” que llega para ayudar a nuestras bacterias intestinales a equilibrar y fortalecer nuestra microbiota.

Beneficios de los Probióticos:

¿Dónde encontramos probióticos? En alimentos fermentados como el yogurt, el kéfir, el kimchi y, por supuesto, ¡la kombucha! Estos productos contienen cepas de bacterias y levaduras que, al ingerirlas, se integran a nuestra microbiota para ayudar a mantener su equilibrio. Más en Kombucha y Otros Fermentados.

Prebióticos: La Comida Favorita de las Bacterias Buenas  

Los prebióticos son tipos de fibra no digerible que actúan como alimento para las bacterias buenas en el intestino. Estas fibras llegan intactas al colon, donde las bacterias las fermentan y producen compuestos beneficiosos como los ácidos grasos de cadena corta (AGCC), que ayudan a reducir la inflamación y fortalecer la barrera intestinal (Slavin, 2013).

Beneficios de los Prebióticos:

  • Mejor absorción de nutrientes: Los prebióticos facilitan la absorción de minerales como el calcio y el magnesio, esenciales para los huesos (Scholz-Ahrens & Schrezenmeir, 2007).

  • Apoyo a la digestión y prevención de estreñimiento: La fibra prebiótica regula el tránsito intestinal, facilitando una digestión más fluida (Slavin, 2013).

  • Promoción de la salud metabólica: Los prebióticos ayudan a mejorar la sensibilidad a la insulina y a reducir el riesgo de obesidad (Gibson et al., 2017).

¿Dónde encontramos prebióticos? En alimentos ricos en fibra como el ajo, cebolla, plátano, espárragos y avena. Agregar estos ingredientes a nuestra dieta cotidiana ayuda a que las bacterias buenas de nuestra microbiota se mantengan bien nutridas. Conoce cómo mantener una Microbiota Saludable en la vida cotidiana.

Probióticos + Prebióticos = ¡Sinergia Ganadora!  

Cuando combinamos probióticos y prebióticos en nuestra dieta, logramos lo que se llama un efecto simbiótico: los probióticos aportan bacterias vivas que benefician la microbiota, mientras que los prebióticos las alimentan y ayudan a que estas bacterias prosperen y se mantengan activas (Markowiak & Śliżewska, 2017). Esto crea un ciclo de beneficios que contribuye a un sistema digestivo sano, un sistema inmunológico fuerte y, en general, un mejor estado de salud. Descubre más en La Influencia de la Microbiota en la Salud Mental.

¿Cómo Integrar Probióticos y Prebióticos en tu Vida?  

En Kombucha Belot, creemos en los beneficios de los fermentados como una forma natural y deliciosa de incorporar probióticos en la dieta. Aquí van algunas recomendaciones prácticas para que puedas integrar estos aliados en tu vida cotidiana:

  • Incluye un alimento fermentado diario: Agrega kombucha, kéfir o kimchi a tu día. Con una dosis de probióticos diaria, estás reforzando tu microbiota de forma consistente. Ver más sobre los beneficios de la kombucha.

  • Aumenta la ingesta de fibra prebiótica: Prepara comidas con ajo, cebolla y espárragos para alimentar a las bacterias buenas. ¡Es más fácil de lo que parece! Más en Impacto de la Dieta Occidental en la Microbiota.

  • Haz combinaciones simbióticas: Prueba una ensalada con espárragos y un aderezo de yogurt o un bowl de avena con plátano y kéfir. Estos combos aportan tanto prebióticos como probióticos para un efecto potenciador.

Cuidar de nuestra microbiota es cuidar de nuestra salud, y con la sinergia de los probióticos y prebióticos, le damos a nuestro cuerpo el soporte necesario para funcionar a su máximo potencial.


Referencias  

  • Hill, C., Guarner, F., Reid, G., Gibson, G. R., Merenstein, D. J., Pot, B., … & Sanders, M. E. (2014). The International Scientific Association for Probiotics and Prebiotics consensus statement on the scope and appropriate use of the term probiotic. Nature Reviews Gastroenterology & Hepatology, 11(8), 506-514.

  • Didari, T., Mozaffari, S., Nikfar, S., & Abdollahi, M. (2015). Effectiveness of probiotics in irritable bowel syndrome: updated systematic review with meta-analysis. World Journal of Gastroenterology, 21(10), 3072-3084.

  • Hao, Q., Dong, B. R., & Wu, T. (2011). Probiotics for preventing acute upper respiratory tract infections. Cochrane Database of Systematic Reviews, (9).

  • Kleerebezem, M., & Vaughan, E. E. (2009). Probiotic and gut lactobacilli and bifidobacteria: Molecular approaches to study diversity and activity. Annual Review of Microbiology, 63, 269-290.

  • Slavin, J. (2013). Fiber and prebiotics: mechanisms and health benefits. Nutrients, 5(4), 1417-1435.

  • Scholz-Ahrens, K. E., & Schrezenmeir, J. (2007). Inulin, oligofructose and mineral metabolism–experimental data and mechanism. British Journal of Nutrition, 87(S2), S179-S186.

  • Gibson, G. R., Hutkins, R., Sanders, M. E., Prescott, S. L., Reimer, R. A., Salminen, S. J., … & Reid, G. (2017). Expert consensus document: The International Scientific Association for Probiotics and Prebiotics (ISAPP) consensus statement on the definition and scope of prebiotics. Nature Reviews Gastroenterology & Hepatology, 14(8), 491-502.

  • Markowiak, P., & Śliżewska, K. (2017). Effects of probiotics, prebiotics, and synbiotics on human health. Nutrients, 9(9), 1021.

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