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La Influencia de la Microbiota en la Salud Mental: El Eje Intestino-Cerebro 

¿Qué tal si te dijera que la felicidad y el bienestar emocional no solo están en la mente, sino también en el intestino? Así es. Cada vez hay más estudios que revelan la conexión entre la microbiota intestinal y el cerebro, un vínculo tan potente que se conoce como el eje intestino-cerebro. Vamos a descubrir cómo este canal de comunicación entre nuestro sistema digestivo y nuestro sistema nervioso puede influir en nuestra salud mental.

¿Qué es el Eje Intestino-Cerebro?  

El eje intestino-cerebro es una red bidireccional de comunicación entre el intestino y el cerebro, a través de nervios, hormonas y neurotransmisores. Este sistema permite que el intestino y el cerebro se envíen señales y respondan entre sí (Carabotti et al., 2015). Uno de los protagonistas de esta conexión es el nervio vago, que conecta directamente el cerebro con el intestino y transmite información en ambos sentidos.

La microbiota intestinal juega un papel crucial en esta comunicación. La “flora intestinal” no solo influye en la digestión, sino que también tiene el poder de afectar el estado de ánimo y la salud mental. Algunas bacterias intestinales pueden producir neurotransmisores como la serotonina, dopamina y GABA, que regulan nuestras emociones y comportamientos (Cryan & Dinan, 2012). Conoce más en Microbiota y Salud Mental.

¿Cómo Influye la Microbiota en el Estado de Ánimo?  

La microbiota intestinal influye en la salud mental y el estado de ánimo de diferentes maneras. Aquí algunos ejemplos clave respaldados por la ciencia:

Producción de Neurotransmisores  

Alrededor del 90% de la serotonina del cuerpo (una hormona que regula el estado de ánimo, el sueño y el apetito) se produce en el intestino. Ciertas bacterias intestinales son capaces de producir serotonina y otros neurotransmisores que afectan el humor y los niveles de estrés (Yano et al., 2015). Ver más sobre cómo la microbiota influye en la salud en Microbiota y Metabolismo.

Respuesta al Estrés  

La microbiota intestinal ayuda a regular la respuesta al estrés. Estudios han demostrado que los ratones sin microbiota reaccionan de forma exagerada a situaciones estresantes, mientras que aquellos con microbiota normal mantienen una respuesta más equilibrada (Sudo et al., 2004). Esto sugiere que una microbiota saludable puede protegernos contra el estrés excesivo y la ansiedad. Lee más sobre cómo cuidar de una Microbiota Saludable en la vida cotidiana.

Reducción de la Inflamación  

La microbiota ayuda a reducir la inflamación crónica, la cual está relacionada con enfermedades como la depresión y la ansiedad (Foster & McVey Neufeld, 2013). Los ácidos grasos de cadena corta producidos por bacterias beneficiosas tienen propiedades antiinflamatorias y contribuyen a mantener el equilibrio en el cuerpo y la mente. Explora cómo los probióticos ayudan en la reducción de la inflamación.

Trastornos Mentales y Disbiosis  

Cuando la microbiota pierde su equilibrio natural, ocurre lo que llamamos disbiosis. La disbiosis ha sido vinculada con diversos trastornos mentales, incluyendo ansiedad, depresión e incluso trastornos neurodegenerativos como el Parkinson (Patterson et al., 2016). Esto no significa que todas las enfermedades mentales sean causadas por una microbiota desequilibrada, pero sí sugiere que una microbiota sana es fundamental para la salud mental. Más sobre los efectos de la disbiosis en la salud en Microbiota y Enfermedades Autoinmunes.

Por ejemplo, investigaciones han mostrado que personas con depresión suelen tener una menor diversidad de bacterias en el intestino en comparación con personas sin depresión (Jiang et al., 2015). La baja diversidad en la microbiota puede limitar la producción de neurotransmisores y aumentar la inflamación, contribuyendo a una espiral de síntomas negativos.

Probióticos y Salud Mental: ¿Podrían los Fermentados Ayudarnos a Sentirnos Mejor?  

La ciencia apenas comienza a entender todo el potencial de los probióticos para la salud mental. Algunos estudios preliminares sugieren que los probióticos, especialmente las cepas de Lactobacillus y Bifidobacterium, podrían ayudar a reducir los síntomas de ansiedad y depresión al restaurar el equilibrio en la microbiota (Messaoudi et al., 2011).

Al consumir alimentos fermentados como kombucha, kéfir y miso, estamos ingiriendo bacterias vivas que ayudan a mantener una microbiota saludable y, por ende, a mejorar el eje intestino-cerebro. Estos alimentos pueden ser una gran adición a tu dieta para apoyar no solo tu salud digestiva, sino también tu salud mental. Lee más en Kombucha y Otros Fermentados.

Consejos para Cuidar el Eje Intestino-Cerebro  

Aquí te compartimos algunas recomendaciones para mantener una microbiota saludable y apoyar tu salud mental:

  • Consume alimentos fermentados regularmente: Incluye kombucha, kéfir, kimchi y yogurt en tu alimentación.

  • Reduce el consumo de azúcar y alimentos ultraprocesados: Estos alimentos dañan la microbiota y pueden afectar tu estado de ánimo. Más en Impacto de la Dieta Occidental en la Microbiota.

  • Agrega fibra prebiótica a tu dieta: Los prebióticos alimentan a las bacterias buenas y ayudan a mantener un intestino saludable. Ver más sobre Probióticos y Prebióticos.

  • Mantente activo: El ejercicio regular ha demostrado tener un impacto positivo tanto en el equilibrio de la microbiota como en el bienestar emocional.


En Kombucha Belot, creemos en una salud integral, que incluye tanto el cuerpo como la mente. Al cuidar tu microbiota intestinal, estás dando un paso hacia un bienestar más completo y armonioso. ¡Recuerda que tu intestino y tu cerebro están más conectados de lo que imaginas!


Referencias  

  • Carabotti, M., Scirocco, A., Maselli, M. A., & Severi, C. (2015). The gut-brain axis: interactions between enteric microbiota, central and enteric nervous systems. Annals of Gastroenterology, 28(2), 203-209.

  • Cryan, J. F., & Dinan, T. G. (2012). Mind-altering microorganisms: the impact of the gut microbiota on brain and behaviour. Nature Reviews Neuroscience, 13(10), 701-712.

  • Yano, J. M., Yu, K., Donaldson, G. P., Shastri, G. G., Ann, P., Ma, L., … & Hsiao, E. Y. (2015). Indigenous bacteria from the gut microbiota regulate host serotonin biosynthesis. Cell, 161(2), 264-276.

  • Sudo, N., Chida, Y., Aiba, Y., Sonoda, J., Oyama, N., Yu, X. N., … & Koga, Y. (2004). Postnatal microbial colonization programs the hypothalamic-pituitary-adrenal system for stress response in mice. The Journal of Physiology, 558(1), 263-275.

  • Foster, J. A., & McVey Neufeld, K. A. (2013). Gut–brain axis: how the microbiome influences anxiety and depression. Trends in Neurosciences, 36(5), 305-312.

  • Patterson, E., Cryan, J. F., Fitzgerald, G. F., & Ross, R. P. (2016). Gut microbiota, the pharmabiotics they produce and host health. Proceedings of the Nutrition Society, 75(2), 161-170.

  • Jiang, H., Ling, Z., Zhang, Y., Mao, H., Ma, Z., Yin, Y., … & Ruan, B. (2015). Altered fecal microbiota composition in patients with major depressive disorder. Brain, Behavior, and Immunity, 48, 186-194.

  • Messaoudi, M., Lalonde, R., Violle, N., Javelot, H., Desor, D., Nejdi, A., … & Cazaubiel, M. (2011). Assessment of psychotropic-like properties of a probiotic formulation (Lactobacillus helveticus R0052 and Bifidobacterium longum R0175) in rats and human subjects. British Journal of Nutrition, 105(5), 755-764.

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